De nuevo.
En unas pocas semanas parece que he regresado de una luz cegadora al mas oscuro averno de las entrañas de mi misma. Y de nuevo me siento al otro lado. Donde todo es demasiado real y todo es demasiado caótico. Donde los pozos están llenos de arañas tejiendo interminables guaridas donde ellas me dominan a mí y donde a cada paso que doy es un paso para atrás. Donde ellas, junto a las pesadillas, sus eternas aliadas, se convierten en las dueñas infinitas de este submundo. Donde yo pendo de dos hilos invisibles que alguien mueve sin mi consentimiento y me hace bailar al son de una canción danzarina de algún errante lugar que jamás he sabido descifrar.
(¿Y al otro lado, qué?)