sábado, 20 de marzo de 2010

Rabia


Escribo palabras que nadie entiende y nadie lee. Estoy hasta las narices de estar sola. Estoy hasta donde no debo decir nada por educación de las máscaras. Y estoy hasta donde no debo de decir (por educación también) de que la gente se mire tanto el ombligo. Que si ampliáis vuestro jodido punto de mira no se muere nadie.


Como iba diciendo antes de que me dispersara, ya no entiendo ni que escribo, cosa que empieza a ser preocupante. Esto cada vez pierde más el sentido y veo que para mi desgracia (o suerte, yo que coño sé) hay muchos personajes en este mundo que saben entrelazar las palabras y formar verdaderas telas de araña dignas de campeonato mundial. Ya me entendéis. Las palabras adquieren un tono y un sentido que dejan demasiado alto el listón.


Pero al final de tanto borrar me he quedado sin goma y la última que me he comprado no hace nada más que ensuciar el puto papel. Ya no sé ni que escribir porque mi mente lo único que quiere es vomitar todo el jodido torbellino de pensamientos que me están empezando a consumir. Me mudo de ciudad y a mis supuestos amigos le importa una mierda. Y mientras yo me tiro noches enteras llorando sin que nadie sepa nada. Que asco joder, que asco.