lunes, 25 de mayo de 2009

Miseria. ODIO.



Piensa en el asco. En las nauseas. En la sangre fluir. En toda esa gente que no te da las gracias. Que no te mira a los ojos. Que te escupe al hablar. Que habla demasiado alto. Que leen libros de autoayuda. Que se creen dios. En las luces del coche de atrás. En el aliento del hombre que en el metro le dice a tu nuca. ¿Bajas?. Piensa en la prepotencia. En la gente que se santigua. La gente que sorbe la sopa. Que hace ruido al tragar. En los concursantes del cielo. Del infierno. Del limbo. Del purgatorio. En los que se creen mejores que tu. En la gente que pregunta qué te llevarías a una isla desierta. En los presidentes. En todos aquellos que van pregonando sus virtudes y cantando tus defectos. En las negligencias médicas. En cualquiera que desprecie a una mujer. En cualquiera que maltrate. En toda esa gente que te produce el mismo asco que el sabor del agua sucia. Entre metálico y salado.


(el mundo es un negocio y nosotros los clientes)

viernes, 22 de mayo de 2009

Being consciousness is a torment.


No tengo miedo a morir. Tengo miedo a vivir sin ser consciente de ello.


Volver a immunizarme por enésima vez. Volver a enfrentarme. Volver la vista hacia atrás. Volver a caer. Pero tengo dos dedos de criterio como para saber cuales son los límites. Y es cierto. No temo a la muerte. si le tengo un respeto supremo puesto que no es algo de lo que pueda alegrarme que exista. Pero no puedo tenerle miedo. Ya no. Me he vuelto (bastante) immune al dolor. Ya (casi) nada es capaz de hacerme tener miedo. Pero eso no significa que no caiga una y otra vez. Mientras mi mundo en un momento ¡¡zas!! vuelve a hacerse añicos. Vuelve a romperse el mundo de cristal que tanto esfuerzo me había costado. Y vuelvo a vivir sin ser consciente de todo cuanto me rodea. Como en un mundo paralelo en el que solo estoy yo y los demás me ven, desde afuera. Pero yo sigo igual de incomunicada. Haciéndome pequeña e invisible a ojos de los demás. Dejando de existir, viviendo sin ser consciente de ello.

viernes, 1 de mayo de 2009

THE OBSESSIVE DEVOTION


¿El título? Ah, tan simple como una canción de un grupo que sabe plasmar con las letras de sus canciones todo cuanto he llegado a sentir a lo largo de mi vida.

"La fortuna se acaba después de tantas mentiras, y los recuerdos solo indican cosas irreales."

El año pasado, el 2008 me trajo todo lo que una puede desear durante la adolescencia. Nuevos amores y nuevas amistades, sonrisas y muchas fiestas, y con todo, una felicidad etérea. Pero mi subconsciente sabía que no podía estar durando tanto. De echo 365 días me parecieron excesivos ya. Y mis temores se confirmaron la vigilia del nuevo año. El día 31. Creo que ese día volvió a empezar mi infierno (otra vez). Los amores se fueron, las amistades se evaporaron y la mala suerte volvió a entrar en mi vida (por enésima vez). Intenté que nada me afectara, y de echo, en gran parte lo he conseguido. Ahora simplemente estoy. Simplemente voy. Pero ni aquí ni allí...

"Encontré solo miseria para mi misma cuando mire a través de los ojos de alguien más."

Hubo un momento en el que necesité ayuda. Y casi nadie...nadie me preguntó un ¿que te pasa? de corazón, preocupándose realmente y nadie estubo allí cuando yo me tiraba noches enteras intentando entender porque yo y porque no alguien más. Puede parecer egoísta y calculador, e incluso frío pero todos lo hemos deseado alguna vez. Que sea aquel y no yo el que pague los platos rotos, que sea aquel el que sufra y no yo. Pero mi subconsciente sabía que no podía ser de otra forma. Y lo aceptó, y con ello yo también tube que aceptarlo. Y sigo ahí. Intentando luchar cuando "Me borré a mi misma por ellos pero ahora me arrepiento" y a pesar de saberlo no puedo ponerle remedio. Ahora es como si viviera dentro de una cajita de cristal, aislada del mundo, dentro de mi mente. Pudiendo hablar con la gente y sufriéndolos con sus múltiples tonterías que ni me van ni me vienen. Ha llegado el momento en que no puedo seguir en pié puesto que poco a poco, voy diluyendome en una realidad que me sobrepasa y me absorbe. Y nada ni nadie puede entenderlo. Bueno, quizás una persona, quizás ella....pero tampoco. Nadie puede. Y no los culpo. Me agradaría que alguien me respondiera tantas preguntas sobre esto...


La vida va y viene al compás de lo prevaleciente...