martes, 18 de mayo de 2010

Flashback



Saltar, gritar, llorar, reir, soñar...¿Cuantos adjetivos le pones a la vida cuando eres feliz?


Pues ahora ponle un nombre...

domingo, 9 de mayo de 2010

Für Immer (6/05/10-9/05/10)

Jueves día 06 de Mayo de 2010:

Salir del colegio. Llega el coche. Subir al coche y poner rumbo a Montmeló. En menos de media hora atisbo a ver ya el desvío tan conocido y tan famoso: Circuit de Catalunya. Párking A, puerta 1 puesto que el acceso a la 4 está más que prohibido. Entrada, mochila, dinero, cámara a tope, nervios a flor de piel, pasar el control...y estoy dentro. Justo delante de donde lo viví por primera vez. Tribuna G. Llamar, saber que ellos ya están dentro pero oír su voz que dice: "Estamos en la entrada del pit-lane. Somos los primeros". Respirar hondo y decirle que en breves estarás ahí. Pero bajas, tranquilamente. Tribuna G, Tribuna C, Tribuna S, Tribuna Principal, Avinguda dels Campions y un poco más adelante, una puerta roja. La puerta. La entrada. Y ellos ya me aguardan sin olvidarme de que me encuentro con ella después de haber estado juntas el año anterior sin saberlo. Sonrisas, abrazos, dos besos, charlas, frío y amistad. Pero nervios, muchos nervios. A flor de piel. La tensión puede cortarse. Y entonces llegan ella y él. Ahora sí. No falta nada, todo encaja. Excepto...la puerta. Sigue cerrada. Hasta las 16:00 horas. Tiempo que nos sirve para contarnos y hablar de cosas insustanciales para pasar el rato. 15:30 horas. Todos en pie. La gente empieza a apretar por detrás. Los nervios están llegando al punto más álgido. 16:00, puntual, el controlador llega y nos avisa que tiene que abrir y que tenemos que tirarnos para atrás. Seguimos sus órdenes. Clic. El candado se abre como por arte de magia y la puerta hacia el sueño se abre de par en par. Acordarse. "Pase lo que pase, tu corre, no mires atrás, ¡solo corre!" . Desde media recta hasta el final del pit-lane. Y desde allí al principio. "No puede escaparse, lo tengo a segundos, he aguardado 13 años, es ahora o nunca, sigue corriendo". Es lo único en lo que mi mente puede pensar. Y lo cumplo. Llego, extenuada, pero llego. Y Nico Rosberg ya está ahí. Aguardando. Con sus ojos verdes increíbles y su perfecta sonrisa enmarcada por ese pelo rubio y ese buen humor que le caracteriza. Igual que como ella ya nos había dicho. Pedirle una foto, el es la respuesta. Al final son dos. Increíble. Pero para entonces él está saliendo. Mis ojos no quieren creérselo pero mi cuerpo reacciona como si de una descarga eléctrica de alta tensión se tratara. Me muevo, me situo delante de dónde él se dirige. "I have a present for you!" Me mira, me sonríe, habla: "Really? Oh thankyou so much". Y a esto le sigue una sonrisa, toda para mi. Toda entera. Sus ojos se posan en mi y le pido si me puedo hacer una foto. Me dice que sí. Clic. Lo tengo, está ahí, es cierto, es mío, es mi sueño echo realidad. La utopía existente desde hace 13 años se ha cumplido. Y luego se la pide ella. Si también para ella. Clic otra vez. Sacar su regalo de la bolsa. "Michael this is for you". Vuelve a mirarme. "What is it?" Me encojo de hombros. Le sonrío. "It's a secret?". Otra sonrisa. "Yes, it is. Wow Michael sorry I don't know what to say, I'm really upset, you're my dream and you're here, with me, talking to me...It's the best day of my life!!!" Otra sonrisa. "Oh no, really not, I'm a normal person, you're so nice". Para luego pedirle si puede firmarte un autógrafo y que lo haga. Salir de ahí. Sara y yo. No sé donde narices se han metido los otros. Los veo. Scuderia Red-Bull. Nos esperan ahí. Pero Jenson está fuera. MClaren Mercedes. No consigo nada. Scuderia Red-Bull otra vez. Demasiada gente, muy pocas personas. Sale Mark Webber, un triste autógrafo. Sale Sebastian Vettel, sé que es ella quien tiene que tener el protagonismo, yo ya he tenido el mío, Sara el suyo y ellos dos también. Sólo puede ser de esa manera. Y lo logra. Autógrafo y comando mush. Sale de ahí. Nos abrazamos. Lo hemos logrado. Nos encontramos todos. Anécdotas, sonrisas, de oreja a oreja, el clímax de la felicidad entre nosotros. Tenía que ser así, llevábamos planeándolo demasiado tiempo. Felicidad. Absoluta. Pura. Nuevas fotos con cara de éxtasis y debo marcharme. Pero queda algo: un favor que al final no puede ser. Me llama cabreada, enfadada, iracunda pero sé que lo ha intentado y la intención es lo que cuenta. Mañana nos veremos. Mañana será otro día. Pero de momento, todos y cada uno de nosotros lo ha logrado. Somos unos campeones. Todos, sin excepción estamos al menos a tres metros sobre el cielo.


Viernes día 07 de Mayo de 2010:


Llegar a la tribuna principal tarde porque he tenido problemas. La cámara está otra vez a tope y todos están ahí. Más sonrisas, más besos, más abrazos, más felicidad. Rememoramos juntos el día anterior, nos reímos de estar tan felices por eso y miramos delante nuestro. "Ayer nosotros estubimos ahí chicos, ¿os lo créeis? Pues hacedlo, porque ya es una realidad". Estamos en la zona ocho de la tribuna principal, justo delante del box de la Scuderia Mercedes GP. Sonreimos, ya es una verdad. Pero los motores de los Fórmula Uno reclaman nuestra atención absoluta y los cinco sentidos de cada uno de nosotros. Las cámaras están a tope y no queremos perdernos detalles. Clic, clic, clic, clic, clic...y así durante más de media hora. Se empiezan a gastar tarjetas de memoria, las cámaras echan humo pero nosotros no nos rendimos. Tenemos que tener fotos de todos y cada uno de los detalles, no puede faltarnos nada, nada se nos puede pasar por alto. Hemos aguardado esto mucho tiempo, no queremos que nada salga mal. Se acaban los entrenos. No sin fotos perfectas de todo lo que se ha echo en el box de Mercedes GP y sus pilotos mirando hacia nosotros. Increíble. Nos han reconocido. Los dos. Y a ella y su pancarta especialmente él. Se acaba los primeros entrenos libres de Fórmula Uno. Pero nadie se mueve. Empiezan los libres de la GP2. Y las cámaras van a tener que aguantar lo que les venga. Como unas campeonas. Lo aguantan. Salimos de la tribuna principal, bajamos, y estamos donde yo había deseado estar desde hace tiempo. La Avenida de los Campeones. Ayrton, Mika, Michael, Valentino, Daniel, Álex...las placas son infinitas, una por cada uno de los grandes pero yo sólo quiero a una. Hoy más que nunca. Y clic, clic. Dos fotos, una la placa a solas, y otra conmigo. Otro momento más grabado en mi retina. Pero queremos nuevos aires. "¿Vamos a la N a liarla un poquitín o qué?" Miradas entre nosotros. Antes de que nadie hable, sabemos la respuesta pero la oímos de boca de la más centrada: "Dejaros estar que podemos salir de ahí linchados" Rumbo a otra tribuna. La F parece que está bien. Subimos. Descansamos un rato. Tenemos un respiro para hidratarnos, comer algo, charlar, comentar la jugada que la categoría grande volverá a hacer rugir sus motores. Se oyen al fondo ya los motores de los grandes. Y nosotros no somos menos, cámaras en mano, ya han descansado. Toca volver a hacer infinitas fotos. Empiezan los segundos libres de Fórmula Uno. Clic, clic, clic, clic, clic, una foto tras de otra, sin parar, hasta que nos damos cuenta que...esta tribuna no sirve para esto. Demasiadas vallas, demasiados alonsistas, demasiadas gorras azules con el anagrama de Astúrias y el Cavallino Rampante (ambos antagónicos). Nos marchamos. Rumbo a la principal antes de que se acaben los segundos libres. Llegamos, zona ocho, delante del box de Mercedes GP, no podía ser de otra forma. La categoría grande llega a su fin, no sin antes, el más grande volver a mirarnos, saludarnos y saludar a todos sus fans que no dejamos de apoyarle. Se baja de su coche, se quita el casco, y nos saluda. Es increíble. Es todo un señor. Y sonrío. Porque me acuerdo de que yo he hablado con él y lo he tocado. Y la felicidad en esos momentos, es máxima. Nos queda aún la GP3 Series pero estamos cansados de la principal. Hace una zona del estadio? Por unanimidad, sale el si. Rumbo pues a la mejor de las tribunas del circuit, Tribuna G. Llegar y entrar. Zona 11, fila 18, asiento 12. El mismo que el del año pasado. Ella el 10. Los demás en la fila 19, justo detrás. Mierda, el móbil suena. Debo marcharme y despedirme de ella que me ha echo sonreir todo el día y ha conseguido no insultarme. Somos hermanas. Tampoco hace falta que estemos siempre quemándonos. Un abrazo. Lo hemos logrado. "Este finde, veré el GP tranquila. Gracias por todo". Me despido también de ellos. "Nos vemos mañana en nuestra tribuna chicos. Gracias por el día." Salgo y respiro. Estoy viva. Más que nunca.


Sábado, día 08 de Mayo de 2010:


El despertador me achaca los oídos. Estoy rendida, mis músculos no responden y no quiero ir a ninguna parte. ¿Perdona? Circuit de Catalunya, Circuit de Catalunya, Circuit de Catalunya...¡Dios! ¡¡¡Hoy es la clasificación oficial. La pole position!!! Todo listo, rumbo a Montmeló city. No hay apenas cola para entrar. Así que rumbo al párking A y a la puerta número Uno. Llamarlo a él. Ya están en la tribuna. Nuestra tribuna. La Tribuna B. Y de repente: "Ho has de veure, ho has de viure perquè l'emoció és venir!" Ese pensamiento me atraviesa entera con todas sus fuerzas y me doy cuenta de que el cansancio no va a poder competir con eso así que toca disfrutar de lo lindo. Los motores ya se oyen al fondo. Empiezan los terceros libres y hoy tocan fotos de la mejor zona del circuit. La Zona de l'Estadi. La Zona Norte. Tribunas B, G, C y S. Sin dudarlo. Se cuales son mejores que otras. Y soy afortunada. Estoy en la segunda de las mejores, sólo la G es la mejor pero eso no me quita en ningún momento el sueño. La GP3 hace su particular entrada y los motores pequeños empiezan a sonar. Alguna que otra foto, todos estamos aun un poco dormidos pero los motores de los pequeños nos sirven para despertarnos del todo y ponernos a tono. Luego, toca un poco de relax, una llamadita de ellas que ya han llegado y quedamos que en cuanto la categoría reina apague sus rugidos nos veremos en la entrada de la tribuna S, enfrente de la puerta 2 del Circuit de Catalunya. Tenemos el tiempo justo para llenar nuestros estómagos y darles algo de hidratación a nuestras gargantas. Porque luego la categoría reina ya nos aguardará. Tic, tac, el tiempo pasa, y puntualísimos, a las doce, los Fórmula Uno se hacen oír. Pasa Sebastian Vettel. Un nombre tras de ese piloto. Ella. Ella no está con nosotros, ella no está hoy, que estará haciendo, ¿se acordará de nosotros? Sé que es así, sólo puedo hacer algo. Rememorar cada detalle para luego comentárselo a ella y dárselo con la mayor de las ilusiones. Y además, la compañía no puede ser más perfecta. Después de seis meses de planes y de infinitas charlas desde el jueves ella y él me acompañan, no puedo ser tan afortunada. Pero hay algo que no nos agrada. A ninguno. Demasiadas gorras y camisetas azules otra vez con el Cavallino Rampante. Demasiadas gilipoyeces. Demasiada gente. Y muy pocas personas. Pero nos da igual, es nuestro sueño. No vamos a desperdiciarlo por ellos. No lo conseguirán. Siguen pasando pilotos, uno tras de otro, calentando neumáticos y motores. Pero ellos dos...son superiores. A ninguno. Clic, clic, clic, clic...una foto tras de otra, ninguna se nos escapa y especialmente aprovechamos los distintos planos que nos ofrece la tribuna para deleitarnos con fotos desde diferentes vistas. Los motores grandes apagan sus rugidos. Toca salir a pasear un rato hasta la Tribuna S para encontrarme con ellas. Las veo, dos abrazos enormes, cuatro besos, subimos para arriba? Hecho. Tranquilamente. Tribunas S, C, G y allí la hierba nos aguarda mullida para que nosotras podamos sonreir un rato y hablar de todo un poco y comentar la jugada. El tiempo nos apremia, van a volver a salir los coches y tenemos que despedirnos pero con unas sonrisas increíbles. A disfrutar de lo que queda de día niñas. Entrar otra vez a la tribuna y dar paso primero a la Porsche Mobil 1 Supercup y luego finalmente, la Patrulla Águila, nos deleita con ocho minutos de actuación más que sublime dónde no faltan ni la bandera catalana ni la española. Estoy flipando, menuda pasada pero la última figura aparece y los aviones se marchan. No tenemos mucho más tiempo, debemos comer algo ya e hidratarnos otra vez puesto que la categoría reina volverá a hacer rugir los motores para la clasificación oficial y la pole position. 14:00 o'clock another time. Empieza la Q1. Y quedan fuera de la Q2 Barrichello, Trulli, Kovalainen, Glock, Di Grassi, Chandhok y Senna. Diez minutos para que la gente vaya al lavabo, a comprarse un helado o a echarse crema solar. El sol nos da su particular infierno achacándonos de mala manera. Empieza la Q2, puntualísima, todo calculado al milímetro y a la milionésima. De la Rosa, Jaime Alguersuari, Hulkenberg, Petrov y Buemi no consiguen pasar a la Q3. Diez minutos más. Otra vez crema, otra vez diez minutos para que cada uno haga lo que tenga que hacer pero rápido, que la categoría reina no espera. Empieza la Q3. Resultado final: Mark Webber, Sebastian Vettel (y sonrisa para ella), Lewis Hamilton cerrando podio. Detrás: Fernando Alonso, Jenson Button, Michael Schumacher (y sonrisa para mi y para él), Robert Kubica, Nico Rosberg (ella no sonríe, algo va mal, y está en lo cierto), Felipe Massa, Kamui Kobayashi, Adrian Sutil, Pedro de la Rosa, Nico Hulkenberg, Vitaly Petrov, Sebastien Buemi, Jaime Alguersuari, Vitantonio Liuzzi, Rubens Barrichello, Jarno Trulli, Heikki Kovalainen, Timo Glock, Lucas di Grassi, Karun Chandhok y Bruno Senna. Finalmente carreras de GP2 y GP3 y acompañarlos a ellos hasta la Avenida de los Campeones para volver finalmente a la Tribuna G, a la puerta Uno, al párking A y marcharme. Estoy muerta. Necesito descansar.
Domingo, día 09 de Mayo de 2010:
Los nervios me pueden en cuanto subo al coche. Acelerar y ponernos a 280 km/h. En menos de diez minutos estamos en la entrada del Circuit de Catalunya. Hoy sí, es el gran día, hoy se acaba todo... "¡Joder! ¡No pienses ahora en eso, maldita sea!". Borro automáticamente ese pensamiento de mi interior y lo sustituyo por otro. Ellos dos me estarán aguardando en el interior de tribuna, ya se que será así, no hace ni falta llamarlos. Y ellos dos estarán en su Box, aguardando para subirse a sus monoplazas y deleitarnos otra vez con los rugidos y sus actuaciones. Aligual que todos los demás. Y ese pensamiento me hace sonreir y olvidar el anterior. Párking A, puerta Uno, entrada, control y vuelvo a estar dentro. Rumbo a la Tribuna B. En efecto, ellos ya están allí. ¡Mooooc! Suena su bocina. Dos sonrisas ya me aguardan. Llego a tiempo para ver la carrera de GP3 series. Pero hoy ya no tengo ganas de fotos. Hoy sólo tengo ganas de disfrutar de los coches, sus motores, sus pilotos y el ambiente de euforia que se respira en el Circuit de Catalunya. Hoy me deleitaré con eso y pondré mis cinco sentidos en todo esto y lo robaré para encarcelarlo en mi para siempre. Una horita de carrera y diez minutos de relax. Los segundos motores grandes despertarán y ya sabemos que la puntualidad en el Circuit es exquisita. No podemos despistarnos. Ya se oyen al fondo los motores medianos. La GP2 arranca y hace su particular salida y la segunda carrera del fin de semana. La segunda y última hasta el año que viene. La cámara sigue guardada. Los cinco sentidos solo están pendientes de la pista y de los coches. Me he prometido sacarla solamente al final, cuando la categoría reina despierte. Pero en mi fuero interno se que no lo cumpliré. La GP2 se apaga, los motores nos dicen adiós hasta el año que viene, una hora más que ha pasado...esto se acaba y yo no quiero que así sea. Destierro otra vez el pensamiento y me centro otra vez en mi tribuna, mis acompañantes y mi sueño que tanto he anhelado. Otros diez minutos de relax, hoy el horario está condensado, es el día, el gran día, todo está calculado y recalculado a la milionésima de segundo, todo tiene que salir perfecto, al fin y al cabo estamos en el Circuit y ya sabemos de su anhelo por la perfección absoluta de las cosas. Tic tac, tic tac, tic tac, el reloj principal anuncia que los diez minutos han pasado y que ahora toca la carrera final de la Porsche Mobil 1 Supercup. Una horita de carrera pero: "En cuanto hagan la vuelta de reconocimiento final, bajamos, que luego saldrán los pilotos de F1 a saludar y yo quiero que él me vea y supongo que tu quieres lo mismo pero con él." Una sonrisa de oreja a oreja y un sí por respuesta. Y bonita carrera de Porsche. Bonito duelo de titanes entre los dos primeros. La bandera de cuadros anuncia el final y tal cual, bajamos de la fila 23 a la 3. Justo enfrente de su pancarta. Con la bandera. Y los minutos pasan. Los altavoces anuncian los coches, el orden de estos y los respectivos pilotos. Y ellos dos, como debe de ser son los primeros. A las vallas. Las dos primeras en estar apoyadas. Los demás, nos imitan. Si es que hasta para eso somos buenas. El tiempo no deja de correr y ya se anuncia que empezarán la vuelta de presentación. Los coches arrancan, y con ellos los pilotos, sus sonrisas, sus cámaras y sus manos en alto saludando. "Dios, parece que el Circuit sea eterno, ¿cuanto van a tardar en llegar?" No hace falta respuesta. Están justo en la Tribuna N, detrás nuestro. Los vítores y las aclamaciones ya se hacen oír. Ya no queda nada, están llegando, están aquí...Y los veo por la recta de mi derecha. A los dos, mis ojos no pueden parar de mirarlos, la cámara está encendida desde que han salido, el zoom perfecto para que no se escape ni un solo detalle. Ya llegan ya llegan. Primero él, nos ve, nos saluda, la bandera, su bandera, su sonrisa, es la perfección encarnada en hombre. Nuestros vítores se hacen oír por encima de los demás. Clic, clic. Momento immortalizado. Pero detrás está él. Con su pelo rubio brillando como nunca, la ve a ella, me ve a mi, la pancarta, su pancarta y su bandera. Le infundimos ánimos, no está solo. Increíble. Clic, clic. Miro las fotos, es cierto, nos han visto, las cámaras jamás mienten. Pero queda aún una larga retaíla de pilotos. Una larga retaíla de vítores que dar y de aplausos por regalar. Por todo lo que nos han dado. Uno tras otro, cada uno montado en un coche de época, y por cada uno hay una foto mientras van pasando por delante nuestro hasta que él llega. "Abucheos, silbidos, maldita sea, malditos seáis, os odio". Soy de las pocas que le grita y le aplaude. Por no decir la única. Sé que me ha visto. No es mucho pero él tampoco está solo. Llega el turno de los pilotos de casa, la zona del Estadi se vuelca en ellos, especialmente, en los dos catalanes y yo, no soy menos. Rugidos de ánimos, vítores, aplausos, bocinas, todo para ellos. Pero falta el piloto predilecto de mi tribuna en especial. Dios, van a ser unos segundos eternos pero voy a aguantar como una campeona y también va a tener su foto. Por mal que me caiga. Y es peor de lo que creía. Retumba la tribuna entre tanto grito y tanto ánimo, demasiados aplausos, es superior a mi pero en menos que canta un gallo, todo se ha acabado y los pilotos desaparecen de la escena. Rápido para arriba, espavila a ir al servicio que en poco la Patrulla Águila hará su entrada y su espectáculo de nuevo y no voy a perdérmelo. Otra vez, o'clock aparecen los aviones en formación y empiezan su espectáculo. Looping, Tonel, Formación Águila, Formación Flecha, Bandera de Cataluña, Bandera Española y Maniobra de Rotura. Parece mentira, pero en cuanto vemos marchar a los aviones, nos damos cuenta de que en 30 minutos, ni uno más, ni uno menos, empezará la carrera, empezará de verdad y serán 66 vueltas de nervios y de músculos tensos durante más de hora y media. Tengo que comer algo e hidratarme y de paso, echarme más crema solar. ¡Y eso que estaba previsto lluvia! "Pues menudo sol de castigo, voy a salir de aquí que en lugar de gamba pareceré un langostín. Pero valdrá la pena." Y el tiempo sigue corriendo a nuestro favor y en nuestra contra a la vez. Pero hemos venido para ver esto al fin y al cabo, para verlo y para vivirlo. Son las dos en punto de la tarde. Empieza la vuelta de formación. Pasan delante nuestro otra vez, la tribuna en pie, todos aplaudiendo, silbando, infundiéndoles ánimos a todos, a quienes más y a quienes menos, pero a todos. Se lo merecen. Llegan a sus respectivos puestos en la parrilla de salida. Ya se oye como los pies de cada uno de los pilotos están abajo del todo, aprentando los aceleradores como si les fuera la vida. Primer semáforo rojo, segundo, tercero, cuarto, quinto...se apagan los semáforos. Empeiza la carrera de verdad. Webber consigue ponerse primero, le sigue Vettel, que le sigue Lewis, tras de él, Alonso, tras de él Jenson, Michael y Nico pierde tres posiciones. Algo va muy mal. Los Red Bull parecen encaminados hacia el doblete, pero entre ellos hay un lúcido Lewis Hamilton, que aprovecha la parada en boxes de Sebastian Vettel para encaramarse a la segunda posición. Entra Michael a cambiar ruedas, una parada más que impecable y consigue afianzarse con el quinto puesto que le pertenecía a Jenson. Más de 40 vueltas aguantando sus contínuos ataques, increíble, el Káiser ha resurgido de sus cenizas, mi corazón va a dos mil por hora pero... ¡Mierda! ¿¡Que coño está haciendo Mercedes GP!? Problemas con el pit-stop de el compañero de Scudería del Kaiser. No puede ser joder, no puede ser. Se han cargado la carrera de Nico Rosberg. Los tres lo sabemos, pero no nos decimos nada. Ahora queda aplaudirle cada vez que pase hasta el final de la carrera. Y así lo hacemos, aplaudimos cada vez que pasa. Senna abandona por salirse, Chandhok por un toque con Alguersuari y Kovalainen con problemas con su Lotus. Estoy que flipo. No está lloviendo y no puede haber tantos problemas. Pero si Schumacher es la cara, Pedro es la cruz. Quinta carrera que tiene que abandonar. Es frustrante y el asturiano sigue ahí. Sólo me queda la esperanza de que Lewis entre en el podio en segunda posición. Solo eso puede anirmarme ya...pero mis ánimos se ven destruidos y desterrados en cuanto pincha a tres vueltas del final. Mi tribuna entera se levanta y yo, no puedo evitarlo, me derrumbo. No puede pasarme esto a mi. Vettel recupera el podio después de tirarlo y ahora esto. "Mierda, joder". Sí, cierto, el Káiser cuarto, Button ha sido incapaz de neutralizarlo y la bandera de cuadros ya está cayendo anunciando el final de las 66 vueltas. No podemos creerlo. Somos incapaces de hablar mientras a nuestro alrededor el ambiente de euforia nos martiriza y a mi personalmente, me ahoga. Vuelta de reconocimiento, soy una campeona, voy a tener que aplaudirles a todos. Pero falta alguien. Alguien no ha echo la vuelta entera. Y es él. Es el detonante. Debo despedirme de ellos pues hoy ya no puede quedarme más. Y nos despedimos. "Porque aun queda Valencia. Y el año que viene será mucho mejor, ya lo veréis chicos. Buen viaje, gracias por todo". Los abrazos y me marcho. Otra vez. Pero para no volver hasta Julio. Llorando. De rabia, de frustración, no puedo aguardar un minuto más, voy a derrumbarme si no salgo ya. Logro salir del circuit y debo bajar hasta la C-17 puesto que los accesos al Circuit están más que cerrados de subida. Llego a casa y me echo a llorar. Pero luego empiezo a hacer la crónica y me doy cuenta de que esta es una carrera más, que queda mucho mundial y que realmente lo he vivido como nunca. No tiene precio. Le he conocido y he estado con él. Y lo mejor de todo. He cumplido mi sueño. JUNTO A ELLOS.