domingo, 27 de diciembre de 2009

Piezas de promesas


¿De que sirve tanta espera, quién es el que decide cuanto tiempo te queda?


Hice una promesa a mi tierra legendaria y ahora me maldigo mientras mis huesos se corrompen en la sal de este nórdico océano.
Escogí el camino hacia la soledad, me vi mas fuerte y pude aprender a luchar. Pero a través del mar y en aguas bajas, largas velas de barcos y grandes remos, me guían hacía la ennegrecida arena por la noche profunda hasta los confines. Hago mi última petición al sagrado océano, temorosa cual hoja delante de la inminencia del huracán. Sé bondadoso con todos los hombres que me han acompañado, bríndales sus sueños y guiálos hasta tierra firme acompasados. ¿Puedo fiarme de ti oh gran océano? Ábreme las puertas a tu palacio y déjame entrar, muéstrame mi futuro y todo lo que me sobrevendrá. Todo aquello que soy capaz de observar a través de la niebla de lágrimas, a través de la tormenta, a través de la guerra es tan solo tu sonrisa que me explica sin hablar que tu luz será presente alrededor eternamente y poco a poco, me abandono y caigo en mis memorias mientras todas mis oraciones se evaporan lentamente. Porque tan solo tú, dentro de la profundidad de mi propia especie, fuiste mi mayor creación. Y mientras tu nebulosa imagen se difumina, es el momento en el que podemos intimar y es el momento en el cual amo y valoro de verdad todo lo que una vez formó parte de nuestra vida mientras el mar, implacable e indomable me impide continuar.
Y jamás sabes el porqué porque jamás es suficiente. Demasiado desafío y yo jamás he podido ser tan fuerte. Y en el fondo sé que es demasiado merecido un silencio como éste. Objetivo cumplido, no me pudo faltar más suerte.
Todas mis esperanzas y todo mi orgullo naufragando en su propio fracaso. Un adiós desde las profundidades, desde las más abismales oscuridades, un adiós a todas las maldades. Una pieza que dejo, una pieza de promesas, una pieza de flaquezas...


¿Puede ser una elección encadenada cuando su decisión ya está tomada?