jueves, 5 de noviembre de 2009

Titanic



Guardad las rosas. O no.

Una barco navegando entre icebergs. Yo. Entre vacías palabras y pensamientos lejanos. Dentro de una estúpida e incierta mente en distorsión. Puedo sentir regnar en mi decrépito interior un vacío que me sumerge y es tan hondo que tan sólo un mísero ápice de luz puede penetrar en él, hacer que me mantenga cuerda y sostenerme en pie cuando mis pocas fuerzas flaquean. Y es ahora cuando observo tras de mis ojos como se para el motor de la vida que he navegado y de todo lo que he lanzado por la borda creyendo que eso sería lo que me mantendría a flote. De todo lo que he perdido sin sentido alguno. Como en Titanic. Y al final...














(yo no tengo ningún salvavidas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario