lunes, 25 de mayo de 2009

Miseria. ODIO.



Piensa en el asco. En las nauseas. En la sangre fluir. En toda esa gente que no te da las gracias. Que no te mira a los ojos. Que te escupe al hablar. Que habla demasiado alto. Que leen libros de autoayuda. Que se creen dios. En las luces del coche de atrás. En el aliento del hombre que en el metro le dice a tu nuca. ¿Bajas?. Piensa en la prepotencia. En la gente que se santigua. La gente que sorbe la sopa. Que hace ruido al tragar. En los concursantes del cielo. Del infierno. Del limbo. Del purgatorio. En los que se creen mejores que tu. En la gente que pregunta qué te llevarías a una isla desierta. En los presidentes. En todos aquellos que van pregonando sus virtudes y cantando tus defectos. En las negligencias médicas. En cualquiera que desprecie a una mujer. En cualquiera que maltrate. En toda esa gente que te produce el mismo asco que el sabor del agua sucia. Entre metálico y salado.


(el mundo es un negocio y nosotros los clientes)

1 comentario:

  1. Eres increible escribiendo,Jane.
    Perfecta.
    Toda esa gente me produce asco.
    Y ambas sabemos que aunque nos intenten introducer en nuestra personalidad, toda esa mierda. Somos nosotras mismas y sabemos lo que somos, a todas horas.
    Y que tendremos mil defectos,pero la prepotencia y la sobervia no se encuentran dentro de nosotras.
    Tequieo,preciosamía.

    ResponderEliminar